HÍNCHAS DEL CÚCUTA
Artículo: Néstor Eduardo Camacho Castronecamach@hotmail.com
Esos días de vientos alisios que nos trajo el octavo mes y en los que se celebran varios onomásticos en mi familia por parte materna, entre esos el mío. Precisamente, mi señora madre en un gesto más económico que generoso, por esto que “se le iba la plata después en el mercado”, le da por adelantar mi presente, un bonito saco negro y rojo de estos a rayas horizontales para que chicos delgados como yo, luzcan mas compuestitos y nutriditos, según efectos de la óptica aplicada al ‘fashionismo’. Ella lo compró en el barrio Quirigua de Bogotá por el módico precio de 20 mil pesitos, lo que me obliga a hacer valer la pena de aclarar: estos mismos buzos de otros colores, con ese logo del reptil verde abriendo fauces al costado, de fibras más gruesas y rústicas, cuestan cuatro veces el mismo valor, pero algunos se quieren creer chéveres comprando costosamente.

En primera instancia no me cuadró la idea, luego de haber visto mas de tres personas -y eso ya es una exageración de la casualidad- utilizando similar prenda en una misma cuadra, el mismo día, a la misma hora y sin pertenecer a la hinchada del Cúcuta Deportivo que se encontraran fortuitamente en el mismo lugar para tomar un bus. Y es que justa e ingenuamente era eso lo que yo pensaba cuando esta modita roji-negra o negri-roja empezó no hace mucho, después de que éste equipo volviera a la primera división del fútbol profesional colombiano, de igual forma coincidente, para la misma temporada. Entonces pensé… ¡había resurgido una histeria por el equipo motilón! No solo sacos, bufandas, gorros, calzonarias, gafas, camisas también, utilizados por chicos y chicas, manes y viejas, hordas de jóvenes de ésta ‘de-generación’, enalteciendo el orgullo de la capital de Norte de Santander ¡caray! hasta podría asegurar, vi punkeros apropiarse de la fiebre cucuteña, el señor ‘Papuchis’, confeso cucuteño, debió exaltar sentimientos. ¡Sí! Había regresado y al parecer con más fuerza que antes de su descenso a la ‘B’, además con una moderna y nueva presentación en el escudo oficial del club.
Remembré aquellas épocas cuando tenía la tierna edad de los 3 ó quizá 4 años, en las que mi padrino sin ninguna previa autorización, sin aviso alguno, sin concertar una consulta con mis padres y sin prestar la menor atención a ese asunto de los traumas infantiles, me iba poniendo o ¡no!, mas bien imponiendo una camiseta pálida del equipo oficial de San José de Cúcuta, de rayas negras y rojas verticales, que quizá no me hacían parecer mas nutridito pero si de 5 añitos. El escudo era un asunto con ínfulas orientales, una especie de Ying Yang pero rojo y negro con las iniciales C.D.…Aquellos tiempos… año 1988 en el que, Faustino Hernán Asprilla Hinostroza, después conocido como ‘El Tino’ y mas tarde conocido por disparar al aire cuando se embriaga, ingresa en el Cúcuta Deportivo de la Primera División colombiana, antes de pasar al Atlético Nacional de Medellín.

Mi afición por el Cúcuta Deportivo no duró mucho, después fui del Millonarios porque en mi familia se supone lo son, algo que mi padrino le raya y ahora solo me gusta el fútbol mundialista. Una ligera frustración sentí, la afición roji-negra no era una pasión futbolera sino algo menos que un capricho modista, pequé por ignorante y resultó que esta fiebre no era más que eso, una gripa del fashion capitalino, acompañado con los mamarrachos de ‘El extraño mundo de Jack’ de Tim Burton y ese carácter agresivo de un reciclado Punk-Rock. No me interesa ser parte de esa corriente frívola ‘fashionista’ y no le aseguro a nadie más que a mí mismo que procuraré enterarme más que sucede con éste equipo, para cuando use mi saco quizá pase como un chico “a la moda”, para mí será solo una prenda de un ex-hincha del Cúcuta.
Foto: Cristhian David Torres Rodríguez
Escudo: www.dimayor.com

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